Visitamos la I Feria de Psicología Aragonesa y conocemos el trabajo de la Asociación Motorista P.I.C.A. Protección a la Infancia Contra el Abuso
Entrevistamos a su presidente nacional quién nos cuenta cómo surge esta entidad, sus objetivos y en qué situaciones desarrollan su labor.
En mayo de este año se celebró la I Feria de Psicología Aragonesa. Hasta Huesca, lugar escogido para el evento, se desplazaron Francisco Santolaya, como Presidente del Consejo de Psicología de España, Vicenta Esteve, secretaria del COPCV. Allí, profesionales de nuestra disciplina abordaron temas de interés como el suicidio, la soledad o la discapacidad.
Entre las organizaciones presentes, nos llamó la atención la Asociación Motorista P.I.C.A. Protección a la Infancia Contra el Abuso. Una entidad benéfica sin ánimo de lucro “que se dedica a la ayuda y acompañamiento de menores víctimas de abusos, tanto físicos y psicológicos, como sexuales”. Lo curioso, es que sus integrantes, además de ser voluntarios, tienen en común una afición: las motos. Latxo, el presidente nacional de P.I.C.A., nos explica en la siguiente entrevista, en qué casos y cómo actúan frente a los abusos.
PICA nace en 2014 bajo otro nombre, ¿hay un hecho concreto que motivará su creación?
En el 2014 existía una asociación similar en Madrid. Al iniciar nuestra andadura lo hicimos con ella, bajo su mismo nombre. Tras unos años de intentar un funcionamiento equilibrado, la diferencia legislativa entre las dos regiones y el excesivo centralismo con el que se querían llevar todas las acciones desde Madrid, hicieron imposible un adecuado funcionamiento de la asociación en Aragón.
La asociación está integrada por personas voluntarias, ¿qué perfiles personales y profesionales la componen?
En nuestra Asociación tiene cabida todo tipo de personas con cualquier perfil profesional. Cada uno aportamos lo que podemos aportar, evidentemente, aprovechamos la experiencia de nuestros asociados psicólogos o abogados. Pero también la de otros, por ejemplo, para el mantenimiento de nuestra sede física, o para el mantenimiento de nuestra web o el servidor de correo, etc.
Entre nuestros asociados hay gran variedad de perfiles: abogados, psicólogos, miembros de la policía y otros cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, trabajadores del metal, pintores, carpinteros, empresarios. . . Pero a todos los une el deseo de trabajar para una infancia mejor.
Una de las acciones que realizáis es el acompañamiento a menores ¿Cómo se lleva a cabo?
Cuando un menor entra en el protocolo de la Asociación, se le nombra hijo de PICA y pasa a formar parte de la misma sin ninguna obligación, pero con todos los signos externos de pertenencia (como, por ejemplo, el chaleco). Con el consentimiento de sus padres o tutores legales, se acuerda con el menor acompañarlo donde él quiera o necesite. La Asociación se convierte en una figura que da seguridad y confianza, un miembro de PICA acudirá a su llamada cada vez que lo necesite, y no es extraño que ocasionalmente, acompañemos al menor a su sesión psicológica, o a hacer deporte, o de compras, o al colegio si ellos lo piden. Para realizar estas tareas, los miembros de PICA que quieren realizarlas siguen un proceso de formación integral, tanto en el ámbito psicológico como jurídico, preparándose para ser un apoyo del menor en su recuperación.
¿De dónde surge la idea de unir la afición por las motos con un tema como el abuso infantil?
En nuestra web, en el apartado de «Colabora con nosotros», en el punto Requisitos se especifica literalmente: «La condición principal es querer trabajar en favor de la infancia. Lo demás es siempre secundario.» En el siguiente apartado, se puede ver que no tener moto no es un impedimento para pertenecer a la Asociación. De hecho, tenemos asociados sin moto y también sin permiso de conducción de este tipo de vehículos.
Sin embargo, somos una Asociación Motorista y, por tanto, nuestra estética es motorista, como la mayoría de nuestros miembros. En el ambiente de las motos hay muchas acciones solidarias: concentraciones, conciertos y eventos con fin de recaudar fondos para alguna causa solidaria, cabalgatas, recogida de juguetes o ropa, visitas a personas institucionalizadas en residencias (de ancianos, de disminuidos psíquicos, etc.). Sin embargo, todas esas acciones son puntuales sin continuidad y para nosotros era importante mantener el compromiso y el trabajo, de forma menos llamativa, pero con mayor eficacia.
Organizáis actividades que van desde un taller de robótica, conciertos, a charlas en colegios dirigidas a niños y niñas, y talleres para padres. ¿Sobre qué aspectos soléis poner el foco en estos eventos?
Nuestras líneas de trabajo son tres, fundamentalmente. La primera que emprendimos fue la correspondiente al acompañamiento. Incluso comenzamos a ayudar a la familia a costear los tratamientos psicológicos y otras carencias de los niños que habían sufrido abuso. Para financiarlo comenzamos a ir a eventos motoristas, solicitar donaciones, organizar eventos solidarios, dar camisetas u otros objetos de publicidad de PICA a cambio de donativos... pero nos dimos cuenta, que no actuábamos contra el abuso.
La siguiente línea que emprendimos fue la prevención. Pensamos que en los Centros Educativos podríamos hacer una mejor labor para prevenir la aparición del abuso entre iguales, educar un poco sobre el uso de redes sociales y medios electrónicos, ayudar a que los menores identifiquen qué es un abuso y puedan denunciarlo. Nos encontramos con padres que demandaban otro tipo de información y con docentes que demandaban formación. Así pues, también lo hacemos. Tenemos psicólogos, informáticos, abogados, miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado con amplios conocimientos y experiencia en sus campos que preparan esas actividades haciéndolas a medida de quien nos la pide. Desde hace un tiempo tenemos bastante interés en lo que está sucediendo en las redes, por la utilización de los medios electrónicos para el acoso y el abuso.
Impartiendo una de las charlas en centros educativos.
¿Cómo colaboráis con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado u organismos oficiales?
Intentamos mantener contacto con el GRUME de la Policía y el UMUME de la Guarda Civil a fin de intercambiar información que sea de interés, proporcionándoles información de los casos que puedan llegar a nosotros y ofreciéndonos para ayudar a las víctimas.
Por ejemplo, en Zaragoza, colaboramos con la Fiscalía de Menores para proporcionar apoyo social a víctimas y menores con problemas de conducta. Algunos son remitidos para realizar trabajo comunitario por orden judicial, otros son remitidos sin esa orden. A todos los intentamos recuperar lo mejor posible para que se integren en la sociedad y puedan tener una oportunidad de buscar una vida plena sin secuelas por lo sucedido durante su infancia o adolescencia y puedan desarrollarse como adultos plenamente autónomos.
Según vuestra experiencia, ¿qué, cómo y quiénes están ejerciendo abuso?
Cada caso es único, aunque hay muchos elementos en común entre ellos. No podríamos especificar un perfil de abusador o de víctima concretos. Habría que diferenciar los distintos tipos de abuso: el cometido por iguales (a otros niños); o el intrafamiliar; o por depredadores sexuales en redes sociales, por poner sólo tres ejemplos. Si nos centramos en lo que más nos demanda Fiscalía de Menores, tenemos la sensación de que abundan más las denuncias por acoso escolar. Pero no tenemos medios de poder estudiar qué porcentaje de casos son denunciados. Por otro lado, también estamos seguros que Fiscalía no nos propone todas las actuaciones relacionadas con casos de abuso.
A través del teléfono de atención y el correo, nos llegan también, sobre todo, casos de abuso escolar y prácticamente ninguno de los otros tipos.
¿Qué secuelas psicológicas y emocionales tienen las personas víctimas de estos abusos?
La mayoría de las víctimas que han sufrido abuso durante tiempo, suelen desarrollar todos los síntomas del síndrome de estrés postraumático. Encontramos jóvenes que tienen muchos reparos a la hora de confiar en otras personas, especialmente de su edad. Con reticencias a establecer lazos afectivos o amistosos con otros jóvenes, que derivan sus relaciones a las redes sociales y optan por una socialización virtualizada.
La mayoría presentan cuadros de ansiedad y depresión, muchos acompañados de una pro- funda rabia.
¿Cuántos voluntarios/as sois? Y de estos, ¿cuántos son psicólogos/as y que tareas desarrollan?
En la Asociación hay distintos tipos de asociados. Algunos son socios colaboradores, que proporcionan soporte económico haciendo pequeñas donaciones periódicas. Este tipo de socios fluctúa con bastante regularidad. Sin embargo, los voluntarios a los que nos referimos son los que no sólo aportan soporte económico sino también ofrecen su tiempo libre a trabajar de forma directa, acompañando a los menores cuando sea necesario, organizando talleres, asistiendo o impartiendo las charlas de PICA, etc.
En Aragón hay 22 de estos voluntarios, de los cuales uno es psicólogo. El trabajo fundamental que aporta es la primera valoración del caso que nos llega a la Asociación, para determinar qué gabinete, de los que suelen colaborar con nosotros sería el más adecuado para el caso. Tenemos contactos con otras asociaciones y gabinetes que nos permite proporcionar un amplio abanico de recursos. Por ejemplo, tenemos niños derivados a la Asociación de TOC, o trans a Psicara, o derivados a la Asociación para la prevención del suicidio. Nuestro objetivo es procurarle al menor la ayuda especializada que mejor se adapte a su caso y para esto, el consejo de nuestro psicólogo es fundamental.
De momento, PICA opera en Aragón pero en la web dicen que desean abrir otras delegaciones. ¿Cuál es la situación en la Comunitat Valenciana?
Aragón, junto con Navarra, fueron los primeros capítulos de PICA. Ambos provenían de la escisión de la asociación anterior y ambos con legislaciones y Fueros bien distintos. Con posterioridad se instauró el capítulo de Rías Baixas en Galicia. Poco después se ha instaurado el capítulo de Catalunya. Hay conversaciones para instaurar en Madrid. Desde Valencia han preguntado diversas personas que lo han valorado, pero las conversaciones no han fructificado aún. Hay que hacer mucho trabajo para empezar, si hubiéramos sido conscientes de todo lo que hemos tenido que hacer para funcionar correctamente quizá nos hubiéramos sentido abrumados y no hubiéramos empezado a hacerlo. Pero algunas veces aparece gente animosa que se enfrenta a la burocracia necesaria, busca psicólogos y abogados que lo apoyen e instaura un capítulo. No tenemos prisa por crecer, queremos que las cosas se hagan bien, queremos a gente comprometida.