Estrategias cognitivo-conductuales para el abordaje de los síntomas psicológicos de la menopausia
Según un documento publicado por Women’s Health concern-WHC junto a la Sociedad Británica de Menopausia.
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es un modelo de tratamiento psicológico, no médico, que puede ser de gran utilidad para una variedad de problemas de salud -entre ellos, aquellos relacionados con la menopausia: la ansiedad y estrés, estado de ánimo deprimido, sofocos y sudores nocturnos, problemas de sueño y fatiga-. La TCC brinda nuevas habilidades de afrontamiento y estrategias útiles para manejar los problemas y mejorar el bienestar en general.
Así lo indica un documento publicado por Women’s Health concern-WHC (organización sin ánimo de lucro de Reino Unido que brinda orientación e información a mujeres sobre salud ginecológica, sexual y post reproductiva) y desarrollado de forma conjunta con la Sociedad Británica de Menopausia (BMS-British Menopause Society), a través del cual aborda en detalle los síntomas más comunes de la menopausia y los beneficios de la terapia cognitivo-conductual en su abordaje, ofreciendo una serie de estrategias cognitivo-conductuales para manejar cada uno de ellos.
Tal y como señala el documento, la ansiedad y el estrés son reacciones comunes en la vida cotidiana. La menopausia ocurre durante la mediana edad, cuando la mujer puede estar lidiando con otros desafíos que aparecen en esta época vital y que pueden ser estresantes, como la mala salud, el duelo por la pérdida de los padres, hijos/as adolescentes, hijos o hijas que se marchan de casa o las demandas laborales. En este contexto, experimentar sofocos y sudores nocturnos durante la menopausia puede estresante, y, a su vez, estar ansiosa y estresada puede hacer que los sofocos sean más difíciles de manejar.
WHC recuerda que reducir la ansiedad y el estrés es una estrategia útil para mejorar el bienestar y minimizar el impacto de los síntomas de la menopausia en la vida diaria. Las estrategias cognitivas y conductuales se pueden utilizar para desarrollar una visión más tranquila o de aceptación de la situación y, por lo tanto, dar una respuesta (comportarse) eficaz. A este respecto, el documento recoge las siguientes pautas:
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Escribe tus pensamientos, sentimientos y reacciones/respuestas. Una vez que hayas identificado un pensamiento ansioso común, considera si es demasiado negativo, si sobreestima la amenaza o si subestima tu capacidad para hacerle frente. Recuerda: los pensamientos ansiosos/estresantes no son hechos reales, sino tan solo una visión particular de una situación determinada. Pregúntate: ¿Existe realmente una amenaza? ¿qué pensaría otra persona en esta situación si está relajada? ¿qué le dirías a un amigo cercano si se encontrase en la misma situación? ¿has manejado situaciones similares antes?
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Revisa tus respuestas a los síntomas de ansiedad y el estrés, si estás trabajando demasiado, comiendo/bebiendo en exceso o evitando ciertas actividades o a determinadas personas, entonces considera alternativas más útiles. Piensa en lo que te hace sentir tranquila o contenta (como relajarte, hacer yoga, salir a caminar, hacer ejercicio, llamar a un amigo/a, leer un libro, etc.), y trata de realizar más estas actividades, si es posible de forma diaria, aunque sea durante poco tiempo. Busca un equilibrio entre el descanso y la actividad.
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