¿Qué hacer frente a la DANA? Pautas de afrontamiento psicológico
La terrible DANA que ha azotado la Comunitat Valenciana viene a poner de relieve el gran impacto que los desastres climáticos pueden suponer a nivel psicológico y el reto de afrontar este tipo de situaciones catastróficas a nivel individual, familiar y comunitario.
Como sucede con cualquier otro estresor, tanto si los vivimos en primera persona, como si tenemos conocimiento de un desastre climático por cualquier medio, y como resultado de la amenaza que puede significar tanto para nosotros mismos o mismas, como para nuestros familiares, amigos y comunidades, los eventos de este tipo pueden relacionarse con altos niveles de miedo, malestar, estrés y ansiedad. Asimismo, eventos tan impactantes y graves pueden detonar sentimientos y memorias relacionados con eventos traumáticos pasados que pueden agudizar el posible malestar.
Ten en cuenta que
Tanto si estás viviendo esta situación en primera persona y tú o tu familia sois afectados directos, como si estás recibiendo noticias a través de los medios, es completamente normal sentirte emocionalmente afectado o afectada y experimentar desde miedo o preocupación, a tristeza o enfado intensos. Para cada persona, el malestar y la respuesta emocional puede sucederse con diferentes niveles de intensidad y con gran variedad de síntomas.
Lo habitual es que estos síntomas vayan suavizándose y desapareciendo conforme vaya normalizándose la situación y que sólo, en algunos casos, puedan derivar en un problema más grave.
No obstante, hay cosas que pueden ayudarte a manejar la experiencia emocional.
Cuídate
- Limita la exposición a las noticias. Escuchar noticias constantes sobre la situación de desastre puede ser muy abrumador, así que tómate respiros y limita la cantidad de tiempo que te expones a las noticias a través de los medios y redes sociales.
- Cuida tu cuerpo. Haz respiraciones profundas prolongando la espiración, estírate, camina y/o medita; trata de alimentarte lo mejor posible y haz ejercicio (muévete), descansa y evita el consumo de drogas y alcohol.
- Conéctate con otras personas. Habla con tus amigos/as y familia o con un profesional de la Psicología sobre tus preocupaciones, miedos y sobre cómo te sientes.
- Maneja tus pensamientos y emociones y mantén la esperanza.
- Mantén la rutina. Trata de hacer una rutina lo más normal posible y hacer actividades con las que disfrutes y que te relajen.
- Sé parte de la recuperación. Por ejemplo, organiza o participa en actos públicos para honrar a las posibles víctimas, dona dinero/tiempo/enseres, ofrece tu ayuda…
Cuida a tu familia
Las crisis y desastres como la que se está viviendo en la Comunidad de Valencia, Andalucía, Castilla la Mancha y otras regiones de España pueden ser especialmente difíciles para los niños y niñas y adolescentes. Ambos reaccionan, en parte, en función de lo que observan en los adultos que tienen alrededor, así que busca mantenerte en calma y ofrece el mejor apoyo que puedas y sepas dar. En este sentido, además de limitar el tiempo de exposición a la cobertura mediática y en redes de tus hijos, mantén las rutinas y haced actividades disfrutables. Puedes apoyar a tu hijo/a:
- Dándole la oportunidad de hablar de sus preocupaciones, diciéndole la verdad sobre lo que está sucediendo, tranquilizándole, dándole seguridad y transmitiéndole que puede contar contigo.
- Haciéndole saber que es normal sentirse triste o asustado/a y hablándole sobre formas en las que puede afrontar los sentimientos y emociones que tenga.
Afrontar la situación como comunidad
- Mantente informado/a y sigue las directrices y guías de los expertos y autoridades.
- Sigue las directrices de salud y seguridad ofrecidas por las entidades oficiales.
- Recuerda que los medios de comunicación se focalizan más en las cosas que van mal y que son excepcionales, que en aquellas que van bien y son normales.
- Trata equilibrar la búsqueda de información sobre seguridad y protocolos con no dejar que te preocupen en exceso.
¿Qué pasa si siento que el nivel de estrés es insostenible para mí?
Las situaciones de desastres y crisis afectan a cada persona de una manera diferente. Una situación como la dana puede afectarnos psicológicamente y/o físicamente y, además, algunas reacciones pueden ser inmediatas y otras suceder al cabo de un tiempo. Tienes que saber que las situaciones estresantes sobre las que no podemos ejercer ningún tipo de control son especialmente difíciles de afrontar, dado que no tienen un patrón identificable y suceden de manera inesperada.
Algunos síntomas que pueden estar señalando que existe un problema o trastorno, en ti o en una persona querida, son:
- Aparecen cambios en los patrones de alimentación (no comer o comer en exceso) y/o de sueño (demasiado sueño o demasiado poco).
- Se evita a otras personas.
- Son frecuentes los dolores de cabeza, estómago, dolores de cuello o espalda, o un empeoramiento de problemas crónicos de salud.
- Hay llanto, preocupación, tristeza o miedo excesivos y persistentes o aparecen ataques de pánico.
- Sentirse enfadado o enfadada, culpable, desesperanzado/a, anestesiado/a, confuso, irritable o impaciente.
- Pensar excesivamente sobre el desastre o buscar/ver mucha información relacionada con la situación (en las noticias, redes…).
- No querer levantarse de la cama.
- Experimentar dificultad para concentrarse o prestar atención.
- Aumentar el consumo de alcohol, tabaco u otras drogas.
- Experimentar deseos de sobreproteger a las personas queridas.
- Evitar actividades con las que se ha disfrutado en el pasado.
- En niños y niñas y adolescentes, se observa disminución del rendimiento o de evitación de la escuela, volver a realizar comportamientos propios de etapas anteriores (por ejemplo, hacerse pis en cama) o ponerse desafiantes. Si notas que el comportamiento de tu hijo o hija ha cambiado significativamente, habla abiertamente sobre lo que observas con ellos.
En todo caso, todos y todas hemos experimentado uno o varios de los síntomas que se describen anteriormente en algún momento de nuestra vida y es completamente normal. Experimentar estos síntomas no necesariamente es indicativo de que existe un problema. Ahora bien, en el caso de que experimentes varios de estos síntomas y además:
- Persistan más allá de un par de semanas.
- Persistan con una intensidad tan alta que te impiden realizar tus actividades habituales.
- Se acompañen de sentimientos muy intensos de malestar o desesperanza, o incluso aparezcan pensamientos relacionados con el suicidio, puede ser conveniente que contactes con algún profesional de la Psicología del ámbito público o privado (haz click aquí para consultar sobre psicólogos/as colegiados de tu zona).
¿Quiénes tienen mayor riesgo de presentar consecuencias psicológicas?
- Personas que están viviendo el impacto directo del desastre o cuyas familias están padeciendo la situación.
- Personas mayores, niños y adolescentes.
- Profesionales y voluntarios que se encuentran en primera línea de atención.
- Personal sanitario e intervinientes (fuerzas de seguridad, bomberos…) que está participando en la atención.
- Personas con historial previo de síntomas o problemas psicológicos o con altos niveles de preocupación.
- Personas que viven solas o tienen una red de apoyo reducida o ausente.
Que no se te olvide que:
- Las personas somos fuertes y resilientes y, por lo general, tenemos herramientas para afrontar los diferentes estresores que encontramos a lo largo de nuestra vida.
- No todo el mundo reacciona frente al mismo evento o situación de la misma manera y no todas las personas muestran su malestar de la misma forma.
- La manera en la que los niños y las comunidades afrontan y reaccionan a los estresores están mediadas e influidas por la forma en la que vean reaccionar y afrontar la situación a sus padres/madres, cuidadores y líderes.
Puedes descargarte la infografía con pautas psicológicas aquí.