Recomendaciones de la APA para la visualización de vídeos online por adolescentes
La APA se ha basado en diversas investigaciones psicológicas y sociológicas publicadas sobre los hábitos juveniles a la hora de ver vídeos online
El acceso de los/as jóvenes a los vídeos online ha crecido vertiginosamente en los últimos años, lo que suscita dudas entre los padres y los agentes implicados en la educación sobre en qué medida estos vídeos pueden ayudar o dañar a los jóvenes. Esto ha llevado a la Asociación Americana de Psicología (APA-American Psychological Association) a elaborar una serie de recomendaciones que les sirvan de guía.
Si bien la idea central es educar a los/as adolescentes para que sean más selectivos al elegir qué ver, la intención no solo es orientar a padres y educadores, sino también sugerir cambios a los legisladores y empresas encargadas de subir el contenido, de modo que, de acuerdo con el APA, “los jóvenes puedan aprender y expresarse de forma segura en las redes”. Así, por un lado, el informe favorece la alfabetización visual de los/las jóvenes para un uso constructivo de los vídeos —por ejemplo, con la ayuda en las tareas del colegio o la expansión del conocimiento sobre el mundo y las culturas— y, por otro, insta a las plataformas que publican los vídeos a realizar reformas funcionales que garanticen el bienestar infantojuvenil, algo crucial, porque tampoco es conveniente que los padres controlen todo y en todo momento el contenido que ven sus hijos e hijas.
Para elaborar sus recomendaciones, la APA se ha basado en diversas investigaciones psicológicas y sociológicas publicadas sobre los hábitos juveniles a la hora de ver vídeos online (hasta noviembre de 2024).
La APA advierte de que sus recomendaciones no pueden aplicarse de manera rígida por edades y a todos/as los/as adolescentes por igual, dado que cada individuo transita a un ritmo y de una manera particular por ese periodo de desarrollo vital que es la adolescencia. Además, existen diferencias individuales de tipo biopsicosocial que predisponen a ser más o menos sensible a ciertos contenidos de los vídeos; por ejemplo, personas con algún trastorno de la conducta alimentaria se verán más afectadas por contenidos que promueven ideales corporales poco saludables. En cualquier caso, sí recomienda acceder a páginas del estilo Common Sense Media, que ofrece contenidos por edades y explica por qué esa categorización y también qué deben saber los padres sobre ese contenido.
Atender a las recomendaciones de la APA es fundamental, porque los padres y cuidadores tienen una influencia decisiva en los hábitos de consumo de vídeos por parte de los/as adolescentes, y no solo supervisándolos, sino también sirviendo los propios adultos de referente, al realizar ellos mismos un consumo sano y responsable del contenido. Veamos a continuación estas recomendaciones:
Fomentar el debate:
- Un debate posterior sobre el contenido del vídeo es importante: si no se hace, los/as adolescentes pueden interpretar que el contenido es, por defecto, apropiado; además, el debate favorece la comprensión, el análisis y la comparación del contenido del vídeo con los propios valores, así como la elaboración de estrategias alternativas para la resolución de los conflictos o temas expuestos en el vídeo. La APA también recomienda que estos debates se inicien desde la escucha y el interés por conocer el punto de vista del/de la adolescente y lo que sienten ante los vídeos, en lugar de precipitarse a juzgar lo inconveniente de esos contenidos o de la forma de pensar del menor o de la menor e imponer rápidamente una norma o prohibición.
Prestar atención al contenido:
- Limitar la exposición a contenidos relacionados con conductas violentas físicas o psicológicas, conductas peligrosas, como desafíos o autolesiones, o conductas que refuercen estereotipos negativos sobre grupos minoritarios, opiniones, culturas…, más aún, si se ofrecen en plataformas que permitan compartirlos o añadir comentarios o likes. Por el contrario, es bueno fomentar vídeos que favorezcan el desarrollo de habilidades sociales y relacionales sanas, como la empatía, la tolerancia a la diversidad o la conexión social y con la comunidad, porque también internalizarán actitudes y conductas prosociales observadas en los vídeos; por ejemplo, pueden aprender cómo responder de manera sana y adaptativa al acoso escolar.
- La APA destaca la importancia de limitar también la exposición a ciertos influencers, dado que los/as adolescentes son más vulnerables a vincularse con ellos e incluso a considerarlos amigos y dejarse influir por sus estilos de vida, opiniones y conductas no saludables, o pueden confundir la publicidad de los influencers con recomendaciones personales.
- Es clave también reducir la exposición a los anuncios y fomentar, a su vez, vídeos sin publicidad. No hay que olvidar que los/as adolescentes son más sensibles a la influencia publicitaria, que, además, con el tiempo se ha ido orientando hacia valores individualistas y materialistas, reduciendo los contenidos con valores comunitarios. Por tanto, se recomienda a las plataformas eliminar anuncios y restringir el rastreo de datos de adolescentes con fines publicitarios.
Cuidar el contraste de información:
- Educarlos y guiarlos para que puedan seleccionar contenido de calidad y riguroso, generado por profesionales. Esto es muy importante en el ámbito de la salud: entre las respuestas e información que los/as adolescentes buscan en Internet abundan los temas de salud física —por ejemplo, sobre nutrición— y los temas de salud mental —por ejemplo, sobre depresión, sexualidad…—.
- Dado que los/as adolescentes están menos capacitados que los adultos para detectar noticias falsas, tendenciosas y sesgadas, es importante educarlos y guiarlos para que puedan reconocerlas, e incluso podría incluirse como parte del currículo escolar. Esto es todavía más conveniente ahora que entra en juego la generación de contenido por inteligencia artificial (IA), que ha incrementado el número de noticias e imágenes falsas y tendenciosas. Por ejemplo, mediante la IA resulta más fácil mostrar cuerpos irreales, idealizados e inalcanzables, o incluso alterar las imágenes del propio cuerpo o manipular las de sus compañeros para mostrarlos de forma humillante. En este sentido, se recomienda a las plataformas restringir los usos dañinos de la IA y que se advierta de aquellas imágenes o informaciones que han sido generadas por este sistema.
Vigilar el tiempo de uso:
- Recomienda supervisar el tiempo que los/as adolescentes pasan viendo vídeos, muchas veces diseñados para atrapar su atención lo máximo posible, lo cual podría reducir o eliminar el tiempo que dediquen a otras actividades necesarias para un desarrollo sano, como pueden ser las relaciones sociales cara a cara, el ejercicio, el sueño o las aficiones. Entre otras cosas, se recomienda a las plataformas quitar la reproducción automática de vídeos, limitar la cantidad de contenido sugerido, reducir las notificaciones y ocultar los likes en vídeos publicados por adolescentes.
Por último, la APA resalta que, si bien los efectos de los vídeos online se han estudiado en cientos de miles de adolescentes, es menor el número de estudios basados en identidades raciales, étnicas, sexuales o de género minoritarias, y aún menor los basados en jóvenes con discapacidades, la neurodiversidad o problemas de salud mental, por lo que sugiere promover las investigaciones en esa línea.
Se puede acceder al informe completo en la página web de la APA