Día Mundial de la lucha contra la Depresión (13 de enero)
Hablamos con la vocal y psicóloga clínica, Amparo Malea, de este trastorno en alza: de sus síntomas, la importancia de pedir ayuda profesional y del papel del entorno. El COPCV recalca la necesidad de reforzar los servicios de salud mental e incluir psicólogos clínicos en Atención Primaria.
Hoy, 13 de enero, es el Día Mundial de la lucha contra la Depresión. Una fecha que sirve para sensibilizar a la población a sobre esta enfermedad, cuyas cifras han aumentado desde la pandemia. Según la última Encuesta Europea de Salud en España publicada (EESE 2020), casi el 13% de la población de más de 15 años, presenta sintomatología depresiva.
La depresión constituye un problema social de primer orden, es la tercera causa de discapacidad en todo el mundo según la OMS y uno de los problemas de salud más incapacitantes y de mayor sufrimiento para las personas que lo padecen. Los factores que están en su origen son biológicos, psicológicos y sociales.
“Es muy importante no confundir la depresión con otros estados mentales no necesariamente patológicos: la tristeza es un estado de ánimo y la depresión es un trastorno del estado de ánimo”, explica Amparo Malea, psicóloga clínica, vocal en Junta de Gobierno del Col·legi Oficial de Psicologia de la Comunitat Valenciana (COPCV). Se puede hablar de depresión cuando existe un estado de ánimo deprimido de una duración e intensidad suficiente como para interferir en la funcionalidad de la persona que la padece; existe una disminución del interés y placer en cualquier tipo de actividad; tiene sentimientos cotidianos de inutilidad y culpa excesiva; insomnio o hipersomnia; fatiga y/o perdida de energía; dificultad para concentrarse, o pensamientos recurrentes de muerte, entre otros. Lo más adecuado ante estos síntomas, es buscar ayuda profesional. A este respecto, Malea muestra preocupación ya que “a veces, se tarda en pedir ayuda porque los afectados viven la depresión como un signo de debilidad debido al estigma que todavía persiste con los problemas de salud mental”.
El papel del entorno es fundamental. La psicóloga incide en que hay que escuchar a las personas con depresión y hacerles saber que es importante lo que les pasa, evitando darles consejos y juzgarlas.
Actualmente disponemos de recursos terapéuticos en función del análisis, la evaluación y la gravedad de cada caso individual. En todas las intervenciones psicológicas por parte de los clínicos, se trabaja la prevención de recaídas. Esto consiste en que la persona que padece depresión pueda detectar las claves y los signos que anteceden al trastorno para poder utilizar mecanismos que sirvan de prevención, afirma Malea.
Las principales guías de práctica clínica basadas en la evidencia científica recomiendan las terapias psicológicas como el tratamiento de primera elección para el trastorno depresivo leve y moderado. Desde el COPCV, vemos necesario reforzar los servicios de salud mental mediante la contratación de psicólogos clínicos y hacer más accesible la intervención psicológica especializada a través de la inclusión de psicológicos clínicos en Atención Primaria, que es el primer escalón del sistema sanitario, donde se pueden detectar los primeros síntomas de los problemas psíquicos y evitar su cronificación.