Psicología, prevención y reinserción en el ámbito laboral
El pasado jueves 28 de noviembre tuvo lugar la ‘Jornada Salud Mental en el Trabajo: retos, estrategias y propuestas de actuación’, en la sede del Consejo General de la Psicología (COP).
La salud mental es una prioridad de salud pública, especialmente, debido al impacto significativo y persistente de la pandemia de la COVID-19 en los y las jóvenes. Será vital ampliar el acceso a servicios de salud mental oportunos y de calidad, utilizando soluciones digitales cuando sea apropiado y promoviendo la alfabetización en salud mental a lo largo de la vida, incluido el sistema educativo.
Así lo afirma el último informe sobre el panorama de la salud en Europa (Health at a Glance: Europe 2024), publicado por la Comisión Europea y la OCDE (Organización para la cooperación y el desarrollo económico), un documento a través del cual se presenta un análisis comparativo del estado de salud de los ciudadanos y las ciudadanas de la Unión Europea y el rendimiento de los sistemas sanitarios de sus Estados miembros, con el fin de identificar sus puntos fuertes, las principales tendencias y las oportunidades de mejora.
En esta nueva edición 2024, se analiza el estado de los sistemas sanitarios europeos a medida que continúan recuperándose de la pandemia y responden a los desafíos y oportunidades que plantean la digitalización, el cambio climático y los cambios demográficos, centrándose, principalmente, en dos prioridades interconectadas: la promoción de un envejecimiento saludable y el abordaje de la escasez de personal sanitario, dos desafíos fundamentales para gestionar el cambiante equilibrio entre la demanda y la capacidad de oferta en los sistemas sanitarios europeos.
A continuación, resumimos algunas de las principales conclusiones del informe de la OECD:
Persisten importantes brechas en la esperanza de vida entre los países
La esperanza de vida al nacer en la UE alcanzó los 81,5 años en 2023, superando en 0,2 años los niveles anteriores a la pandemia. No obstante, aún persisten disparidades significativas entre los Estados miembros, con una brecha de ocho años entre aquellos con la esperanza de vida más alta y la más baja. España presenta la esperanza de vida más alta de la UE (84,0 años), seguida de Italia y Malta, registrando los tres una esperanza de vida más de dos años superior a la media de la UE, mientras que Letonia y Bulgaria están más de cinco años y medio por debajo de ella.
Salud autopercibida en personas adultas
Más de dos tercios de las personas adultas (68%) de la UE declararon tener ‘buena o muy buena salud’ en 2023, mientras que para el 23% su salud era ‘regular’ y el 9% restante reconoció tener ‘mala o muy mala salud’. Los hombres tienen más probabilidades que las mujeres de indicar ‘buena o muy buena salud’ (71% de los hombres en comparación con el 65% de las mujeres en la UE), así como menos probabilidades que ellas de desarrollar alguna enfermedad crónica o discapacidad.
La buena salud percibida por los propios pacientes tiende a reducirse con la edad. En muchos países, la percepción de la propia salud disminuye de forma especialmente marcada cuando se alcanzan los 45 años, y se sigue reduciendo después de alcanzar la edad de jubilación. Entre las personas mayores de 65 años en la UE, solo el 40% declaró tener ‘buena o muy buena salud’ en 2023, mientras que el 18,5% indicó que tenía ‘mala o muy mala salud’, y el 41,5% restante reconoció tener una salud ‘regular’. La brecha de género persiste a medida que las personas envejecen: sólo el 37% de las mujeres mayores de 65 años informaron tener ‘buena o muy buena’ salud en comparación con el 43% de los hombres.
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