La salud mental en la hoja de ruta para las políticas de igualdad hasta 2025
El abordaje de la salud mental desde la perspectiva de género sigue siendo una asignatura pendiente que produce vulneraciones de derechos y violencia contra las mujeres y ante las cuales resulta necesario actuar y promover cambios desde distintos frentes.
El abordaje de la salud mental desde la perspectiva de género sigue siendo una asignatura pendiente que produce vulneraciones de derechos y violencia contra las mujeres y ante las cuales resulta necesario actuar y promover cambios desde distintos frentes. Así lo afirma el texto del III Plan Estratégico para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres 2022-2025 (PEIEMH), una hoja de ruta que marca los objetivos clave en materia de igualdad a alcanzar para el año 2025.
El PEIEMH es fruto de la labor desarrollada por un Grupo de Trabajo Interministerial, coordinado por el Instituto de las Mujeres, y con la participación de todos los ministerios y las entidades y asociaciones representadas en el Consejo de Participación de la Mujer.
El documento se estructura en torno a 4 grandes ejes de intervención (a saber, (1) Buen Gobierno; (2) Economía para la vida y reparto justo de la riqueza; (3) Hacia la garantía de vidas libres de violencia machista contra las mujeres; y (4) Un país con derechos efectivos para las mujeres), que se concretan en 20 líneas de trabajo, 49 objetivos específicos y 141 objetivos operativos.
De forma específica, con el 4 eje, ‘Un país con derechos efectivos para todas las mujeres’ se pretende asegurar a todas las mujeres el ejercicio efectivo de sus derechos, removiendo las desigualdades de género, en interacción con otros vectores de discriminación, en todos los ámbitos de la vida.
Entre las líneas de trabajo definidas en el mismo, la línea II, ‘Salud, derechos sexuales y reproductivos: incorporando la igualdad de género y la voz de las mujeres en las políticas públicas sanitarias, y garantizando derechos’, menciona especialmente el abordaje de la salud mental desde la perspectiva de género.
Tal y como indica el documento, la introducción de la perspectiva de género en las políticas públicas sanitarias y en la investigación científica relacionada con la salud implica la erradicación “de sesgos y brechas de género en el diagnóstico, tratamiento y conceptualización de los procesos fisiológicos de las mujeres, tradicionalmente sesgados en virtud de un falso universal masculino que puede ocasionarles perjuicios específicos y graves”.
Concretamente, señala, el abordaje de la salud mental desde la perspectiva de género “sigue siendo una asignatura pendiente que produce vulneraciones de derechos y violencia contra las mujeres y ante las cuales resulta necesario actuar y promover cambios desde distintos frentes”. A este respecto, para garantizar el acceso a la salud en igualdad, es fundamental promover una atención e investigación sanitaria sin sesgos de género, que escuche la voz y los testimonios de las mujeres, y que analice específicamente el efecto de la medicación en su salud.