La eficacia de la terapia psicológica en el abordaje de la menopausia
Es importante tener en cuenta que la menopausia acontece en un momento determinado de la vida de la mujer en el que pueden aparecer otros acontecimientos vitales importantes, personales, sociales y familiares, que pueden considerarse estresores y que requieren adaptación psicológica.
La Organización Mundial define la menopausia como una etapa más en la vida de las mujeres que, para la gran mayoría, viene marcada por el cese definitivo de la menstruación -que, a su vez, se debe a la pérdida de la función folicular de los ovarios-. Si bien la regularidad y la duración del ciclo menstrual varían a lo largo de la etapa reproductiva, y hay casos en los que la menopausia puede aparecer de forma prematura, a edades más tempranas (antes de los 40 años), lo habitual es que las mujeres la experimenten entre los 45 y los 55 años.
Se considera que la menopausia natural se produce tras 12 meses consecutivos sin menstruación, siempre y cuando el final de ésta no se deba a ninguna otra causa fisiológica o patológica evidente ni a una intervención clínica (por ejemplo, un procedimiento quirúrgico que conlleve la extirpación de ambos ovarios o intervención médica que detenga la función ovárica, como la quimioterapia o la radioterapia) (OMS, 2024).
Durante y después de la transición menopáusica, se experimentan una serie de síntomas que incluyen problemas físicos y, en mayor porcentaje, de índole psicológica (Larroy y Gutiérrez, 2009): sofocos y sudores nocturnos, palpitaciones, cambios en la regularidad y el flujo del ciclo menstrual que culminan con el fin definitivo de la menstruación, cambios en el sistema genitourinario, sequedad vaginal, dolor durante el coito, osteoporosis, dolor articulatorio, anhedonia, fatiga, dolor de cabeza, cambios en el estado de ánimo, síntomas de depresión y ansiedad (percibidas como emociones negativas difíciles de afrontar, especialmente, por el desconocimiento de su origen), insomnio y dificultades para conciliar el sueño, irritabilidad, problemas cognitivos, etc. (Larroy y Gutiérrez, 2009; Afridi, 2017; Lee, Jeong y Choi, 2022; OMS, 2022; Chela y col., 2023).
Concretamente, las quejas cognitivas en la menopausia incluyen dificultad para recordar palabras y números, pequeños olvidos, despistes, distracciones y problemas para concentrarse. La constelación de síntomas cognitivos en la menopausia, manifestados en forma de dificultades de atención y memoria, se denomina «niebla mental» (Maki y Jaff 2022).
Los cambios y síntomas asociados con la menopausia pueden impactar en la calidad de vida y en la salud mental de las mujeres
Todos estos cambios y los síntomas asociados con la menopausia pueden impactar en la calidad de vida y en la salud mental de las mujeres, con un efecto duradero (Verdonk, 2022; Hooper y col., 2022).
En este sentido, es importante tener en cuenta que la menopausia acontece en un momento determinado de la vida de la mujer en el que pueden aparecer otros acontecimientos vitales importantes, personales, sociales y familiares, que pueden considerarse estresores y que requieren adaptación psicológica, entre ellos, la pérdida de la juventud, cambios en la imagen corporal y preocupación por el atractivo físico, pérdida de la fertilidad, problemas de salud, el cuidado de personas mayores y nietos, problemas económicos, la jubilación, el síndrome del ‘nido vacío’, redefinición de roles, discusiones con la pareja o problemas de índole sexual.
Como señalábamos con anterioridad, muchas de las mujeres que están pasando por este período de su vida no tienen un conocimiento o idea clara sobre el significado de la menopausia y sus síntomas asociados, ni de cómo pueden impactar en su calidad de vida (Apolo y col., 2018; Chela y col., 2023). Debido a la falta de información y apoyo, las mujeres a veces malinterpretan los síntomas cognitivos, como las dificultades de atención y memoria, como demencia, lo que puede afectar a su bienestar (Spector y col., 2024).
De acuerdo con los expertos, las percepciones de la menopausia están arraigadas en las ideologías de género, la falta de comprensión y los mitos, creencias erróneas y estereotipos sobre el envejecimiento de las mujeres, que conllevan sentimientos de vergüenza, desvalorización y baja autoestima ante esta nueva realidad en su cuerpo y los cambios relacionados con la edad (Ayers, Forshaw y Hunter, 2010; Chela y col., 2023).
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